El asesoramiento fitosanitario, aparte de ser uno de los requisitos indispensables que la nueva normativa sobre el uso sostenible de plaguicidas marca, es también, la base para la correcta aplicación de los principios de la Gestión Integrada de Plagas (GIP). La GIP integra todas las medidas de lucha contra las plagas, enfermedades y malas hierbas en las plantas cultivadas, incluyendo el uso de productos fitosanitarios pero limitándolo a intervenciones que económica y ecológicamente se sostengan, reduciéndose de este modo los riesgos para la salud humana y el medio ambiente.
Para poder realizar asesoramiento en materia fitosanitaria, se ha de estar en posesión de titulación habilitante, como lo son por ejemplo ingeniero agrónomo ó ingeniero técnico agrícola. Aun así, conscientes de que el mercado reclama unos profesionales altamente cualificados, que den unos servicios reales de calidad, se han ido realizando distintas formaciones de especialización para recordar todos aquellos conceptos de la protección vegetal, dando a conocer las novedades legislativas, tras la puesta en marcha del Real Decreto que regula estas prácticas, así como otras jornadas informativas acerca del papel del asesor.
Finalmente, para ejercer como asesor, será necesario estar inscrito en la sección "asesores" del Registro Oficial de Productores y Operadores (ROPO), pudiendo hacerlo en todo el territorio nacional cuando haya acreditado su condición ante una comunidad autónoma y se haya inscrito en una de las oficinas del ROPO. (Ver capítulo X del RD 1311/2012 y Órdenes autonómicas)